Santo Estevo de Ribas de Miño: descubre una de las joyas del románico rural gallego
Protegido por frondosos bosques centenarios y erguido sobre una de las muchas escarpadas laderas de la Ribeira Sacra se encuentra el antiguo monasterio de Santo Estevo de Ribas de Miño, uno de los muchos tesoros románicos que se esconden en esta fascinante región.
Un lugar de imperdible visita que forma parte del recorrido de nuestra excursión a la Ribeira Sacra desde Santiago de Compostela y que no deberías perder la oportunidad de visitar para descubrir uno de los paisajes de mayor belleza de Galicia. ¡Hoy te lo descubrimos!
Santo Estevo de Ribas de Sil: un templo enclavado en un entorno mágico
Lo cierto es que poco se sabe con certeza sobre el origen de este antiguo monasterio del que únicamente ha llegado a nuestros días su iglesia monacal. Hay que tener en cuenta que como muchos otros monasterios de la zona como el de San Pedro de Rocas, muchos empezaron como eremitorios a donde se retiraban diversas personas para dedicarse a la vida contemplativa.
Ahora bien, sobre Santo Estevo de Ribas de Miño las primeras fuentes que se conocen son algunos documentos, como una donación del año 976 y un inventario de la Mitra de Lugo del siglo XII en la que consta una donación de la Reina de León Doña Urraca Fernández. También hay referencias que hablan de la restauración de una iglesia visigótica en el lugar, así como textos del siglo XIII en los que efectivamente ya aparece mencionada con el nombre de abadía de Santo Estevo.
Sin duda lo más destacado de la construcción es su ubicación sobre un mirador natural con espectaculares (y privilegiadas) vistas al río Miño. Algo que también condicionó y dificultó en gran manera su construcción, ya que hubo de adecuarse al terreno obligando a excavar la montaña y adaptarse también a la costumbre de orientar las construcciones religiosas en dirección Este-Oeste de igual forma que el recorrido del sol.
Esta particularidad implicó también tener que construir una cripta debajo de la fachada para tener más espacio y soportar al mismo tiempo la parte frontal del templo. Una solución novedosa que inevitablemente recuerda a la de la cripta de la Catedral de Santiago realizada por el Maestro Mateo, aunque no existe constancia directa de su autoría.
Eso sí, es innegable que la arquitectura de Santo Estevo de Ribas de Miño guarda un buen número de similitudes con la cercana Portomarín, influenciada esta por el estilo compostelano. Y es que se dice que buena parte de los constructores y escultores que trabajaron en esta zona aprendieron el oficio durante la construcción de la Catedral de Santiago a las órdenes del Maestro Mateo.
Qué ver en Santo Estevo de Ribas de Miño
Qué duda cabe de que el elemento que más destaca y es el auténtico protagonista de la iglesia de Santo Estevo de Ribas de Miño es su imponente fachada, probablemente una de las más hermosas y elegantes del románico gallego. Y no será porque no hay mucho y muy bueno donde elegir…
Una vez más el Maestro Mateo y su obra maestra del Pórtico de la Gloria son los referentes y modelos no solo en la forma, sino también en cuanto a las soluciones empleadas. Nos encontramos en la portada con 4 arquivoltas de medio punto y un conjunto de personajes esculpidos, aunque en lugar de los 24 ancianos del Apocalipsis, solo podemos ver 7.
Llama la atención su distribución, pues todos están sentados y mirándose de dos en dos y 5 de ellos tocan un instrumento. De los otros 2, 1 aguanta un cuadrante lunar y el del centro un disco solar. Y es que hay que recordar que el sol en el románico era un símbolo que se identificaba con la figura de Cristo.
El tímpano, actualmente liso, está flanqueado por dos mochetas con un ángel y un demonio, ambos en actitud de señalar unos escritos que apoyan en sus rodillas y que con toda probabilidad se corresponden con el Libro de la Vida. Se trata naturalmente de una clara alusión al Juicio Final, en el que se confrontan el bien frente al mal.
También pueden observarse dos extrañas aves con cara felina, posiblemente arpías utilizadas para representar las bajas pasiones y los remordimientos generados por el pecado y los vicios.
Como no fijarse también en el gran rosetón frontal de inspiración más bien gótica de la iglesia de Santo Estevo de Ribas de Miño. Realizado completamente en granito, su diseño de tracerías ampliamente caladas se fundamenta en un círculo central alrededor del cual se despliegan 12 pétalos.

Con 4 metros de diámetro se trata de uno de los rosetones de mayor tamaño de toda Galicia pues tenía como misión dejar pasar la máxima cantidad de luz posible para iluminar el templo en los grises días gallegos.
Como suele pasar en Galicia, donde la leyenda forma parte de la tradición, este rosetón también tiene la suya propia. Dice la historia que la fuerza de los rayos del sol, al reflejarse en las vidrieras, era de tal magnitud que hacía fracasar los embarazos de las mujeres y de los animales de la Ribeira Sacra.
Para evitar esta «cosa de meigas» cuenta la leyenda que los vecinos de Santo Estevo de Ribas de Miño arrojaban piedras contra las propis vidrieras para destrozarlas e impedir así el reflejo de los rayos solares.