Qué ver en Camariñas: descubriendo la Costa da Morte
Enclavada en plena Costa da Morte, Camariñas es muy conocida por su encaje de bolillos y su bravo mar, testigo de múltiples naufragios que han acabado por darle un aire mágico y cargado de misticismo. Pero más allá del encaje y las tragedias de la mar, este pueblo marinero representa un lugar ideal para hacer una escapada y recorrer algunos de los mejores escenarios de la Costa da Morte.
Aquí encontrarás preciosos paisajes naturales, salvajes playas y miradores, pero también descubrirás lugares únicos que atesoran una historia muy especial. Acompáñanos en este viaje a conocer todo lo que ver en Camariñas. ¡Empezamos!
Qué ver en Camariñas: ruta por la Costa da Morte más especial
Puerto de Camariñas
Como pasa en muchos pueblos marineros, uno de los principales atractivos que ver en Camariñas es su puerto. Ubicado a un costado de la ría junto a la desembocadura del río Grande, el puerto camariñán está siempre animado y es un placer visitarlo en cualquier momento para observar el continuo ir y venir de los barcos, además del trabajo de los pescadores apilando sus nasas y manejando los aparejos de pesca.

El de Camariñas es quizás el puerto pesquero más importante de la Costa da Morte y provee de sardina y pulpo de excelsa calidad a la lonja local, donde marineros y clientes dirimen la puja de las mejores piezas que luego se cocinan en los mejores restaurantes de la provincia de A Coruña. Merece la pena también acercarse al Club Náutico donde existe la posibilidad de realizar actividades y alquilar barcos a vela, kayaks o tablas de paddle surf.
Visitar el Museo do Encaixe, uno de los imprescindibles que ver en Camariñas
Camariñas es sin duda sinónimo de encaje (encaixe en gallego), un oficio tradicionalmente femenino en el que las palilleiras mueven sus dedos a toda velocidad haciendo verdaderas obras de arte con los palillos o bolillos. Arte reconocido a nivel internacional y transmitido de madres a hijas y de abuelas a nietas durante siglos en esta localidad.
Si te interesa el arte de las palilleiras siempre será buena idea entrar al Museo do Encaixe (2 €), cuyo interior acoge una exposición permanente compuesta por diseños y piezas únicas de encaje, además de diversos materiales y utensilios necesarios para la elaboración. Además, cada Semana Santa tiene lugar la Muestra del Encaje de bolillos de Camariñas donde se promociona este arte y se llevan a cabo exhibiciones.
Disfrutar de Cabo Vilán y sus puestas de sol
Dicen de este faro que es uno de los lugares más bonitos de Galicia ya que se asienta en un espectacular enclave natural declarado Sitio Natural de Interés Nacional en 1933. Y lo cierto es que, pese a que muchos otros son los que se llevan la fama, este faro tiene algo especial y es un lugar que ver en Camariñas sí o sí. Una de sus curiosidades es que a su mando estuvo durante 43 años una mujer, Cristina Fernández, pionera en esta profesión en España cuando sólo los hombres hacían esta labor y una de las últimas fareras de España.
El faro de Cabo Vilán es uno más de las decenas de faros que avisaban del peligro de la Costa da Morte, escenario de un montón de naufragios que han tenido lugar en esta zona de Galicia. En la actualidad muchos de estos faros, como el de Cabo Finisterre, se han convertido en grandes atractivos turísticos e incluso ofrecen la posibilidad de recorrerlos a través de la ruta de O Camiño dos Faros.

Visitar el Museo Man de Camelle
Manfred Gnädinger, más conocido como «Man», fue sin duda alguna una de las personalidades más emblemáticas de la localidad marinera de Camelle y de Camariñas. Este entrañable pintor, escultor y filósofo alemán llegó a la Costa da Morte en 1962 y nunca más se fue de esta tierra. Una vez instalado en Camelle vivió durante unos años en un piso de alquiler y, tras un revés amoroso (según cuentan quienes lo conocieron en sus inicios), cambió por completo de vida y comenzó a vivir como un auténtico ermitaño.
Viviendo en total armonía con el mar y la naturaleza durante 40 años en una pequeña casa al lado del mar, se ocupó de construir un pequeño museo al aire libre con las rocas, piedras, conchas y otros materiales que el mar traía a la orilla. Sin embargo, todo cambió en el fatídico mes de noviembre de 2002 cuando el petrolero Prestige se hundió frente a la Costa da Morte. El hundimiento dio lugar a una enorme marea negra que destruyó parte de su obra y ocasionó uno de los mayores desastres medioambientales de la historia.

Dicen que el Alemán de Camelle se dejó morir, embargado por la pena y el desasosiego de ver destruída la naturaleza. Dejó como legado el único jardín marino del mundo del que, lamentablemente tras los fuertes temporales de la zona, hoy en día sólo quedan algunos restos que pueden visitarse. Por suerte, el Museo Man de Camelle recoge en su interior parte de su legado, mostrando su obra y vida de forma didáctica al visitante.
Hacer la Ruta de los Naufragios y parar en el Cementerio de los Ingleses
Sin duda otro de los símbolos que ver en Camariñas y parada obligatoria en cualquier ruta por la zona es el Cementerio de los Ingleses. Su historia está relacionada con los numerosos naufragios acaecidos a finales del siglo XIX que le valieron el sobrenombre de Costa da Morte.
Tras varios sucesos de importancia, el más trágico tuvo lugar el 10 de noviembre de 1890, cuando el acorazado inglés HMS Serpent embarrancaba en la traicionera punta do Boi junto a la Playa de Trece. El barco que había salido 2 días antes desde Plymouth para arribar a Sierra Leona se acabó hundiendo con sus 175 tripulantes a bordo, de los que fallecieron 172, enterrados en el mismo lugar por los vecinos de la zona.
Con todo, como hemos comentado, no fue este el único naufragio de estas costas, por eso para recorrerlos se ha creado la Ruta de los Naufragios formada por más de 60 puntos de interés, además del interesante Centro de Interpretación de naufragios, faros y señales marítimas situado en el faro de cabo Vilán.
Disfrutar de la naturaleza y las playas de Camariñas
Siguiendo en la playa de Trece podemos seguir disfrutando de la fascinante naturaleza de Camariñas. Aquí se encuentra la Duna de Monte Branco, una gran formación dunar moldeada durante milenios por la acción del viento. Un peculiar fenómeno que ha dado lugar a una de las dunas rampantes más grandes de Europa con sus más de 150 metros de altura.

Aquí en su arena aún pervive la “corema album”, un arbusto protegido cuyo fruto llamado caramiña dio nombre finalmente tanto al municipio como al pueblo de Camariñas, además de otros topónimos gallegos como Pobra do Caramiñal.