Balcones de Madrid, el mejor mirador de la Ribeira Sacra
No cabe duda de que la Ribeira Sacra es uno de los destinos turísticos más atractivos qué ver en Galicia. Precisamente al norte de la provincia de Ourense se encuentran los balcones de Madrid. Sí, como estás leyendo, de Madrid.
Y es que a más de 500 kilómetros de la capital de España existen un rincón que puede presumir de ser uno de los mejores miradores de toda la comunidad gallega e incluso de toda la geografía española. Un lugar que merece la pena ver para contemplar desde un punto de vista privilegiado toda la riqueza natural y patrimonial de la Ribeira Sacra.
Los Balcones de Madrid, el mejor mirador de la Ribeira Sacra
El mirador de los Balcones de Madrid, (Balcóns de Madrid en gallego), es uno de los lugares que más visitantes atrae en esta bonita región de la Ribeira Sacra. Este mirador, denominado también mirador de Torgás, se encuentra situado en el ayuntamiento de Parada de Sil.
Gracias a sus aproximadamente 500 metros de altura y a su estratégica situación ofrece unas espectaculares vistas de todo el entorno. Un lugar ideal para fotografiar el caprichoso recorrido del río Sil al fondo del fascinante cañón que forma entre las montañas y sentirse pequeños ante la magnificencia de la naturaleza.
Su altura permite divisar también, sobre todo en los días claros, el santuario de Cadeiras, situado ya en la provincia de Lugo en la parte de la Ribeira Sacra lucense del ayuntamiento de Sober. Pero el viaje hasta aquí también merece la pena si no hay un día tan soleado, ya que las sensaciones desde el mirador de los Balcones de Madrid con niebla o nubes bajas no por diferentes son menos emocionantes ya que los Cañones del Sil se envuelven de misterio.
¿Por qué se conocen como los Balcones de Madrid?
Lo cierto es que el nombre de Balcones de Madrid puede parecer a primera vista una denominación un tanto extraña para un paraje localizado en Galicia. Sin embargo, la historia detrás de este nombre sí que tiene en el fondo algo que ver con la ciudad madrileña. Pero, esencialmente, está estrechamente vinculada con el ayuntamiento de Parada de Sil y los paisanos que poblaban sus tierras hace décadas.
Y es que a mediados del siglo pasado muchos habitantes del ayuntamiento silense y otros cercanos se vieron abocados a emigrar fuera (principalmente a Madrid) en busca de un futuro más próspero. La mayoría de ellos se iban a trabajar de barquilleros. O lo que es lo mismo, a vender barquillos y galletas por las ferias, fiestas, verbenas y, en general, por las calles de la ciudad madrileña. Muestra de la importancia de este oficio en estas tierras es que, en el centro del pueblo de Parada de Sil, podemos ver un monumento en homenaje a los «barquilleiros».

Para llegar a la capital era preciso tomar el tren en la estación de tren de San Esteban de Monforte de Lemos situada al otro lado del río. Debido a ello los emigrantes debían bajar con lo justo y necesario (apenas una maleta) por el monte para cruzar el río en una barca y volver a subir la colina. Desde allí, seguían su camino hasta la estación de tren monfortina.
Puesto que la aventura no era sencilla, las mujeres, hijos y familiares de los emigrantes los acompañaban y después veían desde los Balcones de Madrid cómo sus seres queridos cruzaban al otro lado del río. Una vez en la orilla lucense, se quedaban tranquilos y observaban como partían montaña arriba para completar el recorrido.
Si bien como cuentan muchos vecinos no siempre era Madrid el destino de estos emigrantes (ya que también emigraban a otras ciudades) ha sido esta historia tan enternecedora e inspiradora la que ha nombrado para la posteridad al mirador de los Balcones de Madrid.